jueves, 28 de octubre de 2010
Paracaidas de playa por Edgar Martínez
Un joven turista se encontraba en las playas de Cancún y era la primera vez que subiría en un paracaídas jalado por una lancha.
Si conoces la playa, sabes que los lancheros prestan ese servicio, que consiste en que un paracaídas es amarrado por una cuerda a una lancha.
Entonces, la lancha inicia su recorrido mar adentro, con el turista sujeto al paracaídas con un arnés. Este corre con el paracaídas en la playa por unos instantes, hasta el momento en que el turista despega los pies del suelo, el paracaídas se eleva hasta el cielo y la persona junto con el.
Imagínate, el joven no sabía nadar y tenía las siguientes preguntas en su cabeza:
¿Qué pasará si la lancha me arrastra mar adentro, antes de que me eleve el paracaídas?
¿Qué tal si una vez en el cielo, me caigo de semejante altura?
A pesar del miedo, decidió actuar y confiar en la incertidumbre. Sabía que era una experiencia nueva y era natural tener miedo. Pero también sabía que la vida es eso, experiencias nuevas y que tenía que estar abierto ante la vida.
Se puso el arnés. Escuchó con nerviosismo las últimas indicaciones del instructor. “Ruuuuuum” se escuchó el sonido del motor de la lancha que iniciaba su recorrido al mar. El joven comenzó a caminar al principio y después a correr a medida que la velocidad aumentaba.
Y llegó el momento en que tuvo que pegar un salto para evitar caer al mar “¡Guuuuuaaaaaauuuuuu!” no lo podía creer, el paracaídas se elevó y en cuestión de segundos, estaba a muchos metros encima, viendo el mar y los hoteles de la ciudad, como si fueran casas de juguete. Y sintió paz.
“Qué emocionante, nunca me hubiera imaginado que sería tan fácil y divertido” y disfrutó de la hermosa vista desde el cielo.
¿Qué podemos aprender de este joven? Es natural tener miedo ante lo desconocido. La imaginación crea mil y un dilemas pero son eso. dilemas. No existen en realidad y son auto-creados.
Mi pregunta es: ¿Cuántos de nosotros evitamos tener experiencias nuevas por temor a lo desconocido?
Aún más fuerte: ¿Cuántos miedos imaginarios has acumulado durante tu vida, que te han evitado experimentar cosas nuevas y ser feliz?
“Muchos sinsabores he tenido en la vida, la mayoría de los cuales nunca me han ocurrido”. Exacto. Si analizas tu vida a la luz del pasado, descubrirás que lo que más temes nunca pasó y cuando sucedió, resultó ser una experiencia única y placentera.
Te invito a que busques dentro de ti, aquello que has evitado hacer por mucho tiempo, por culpa de esos rollos imaginarios y lo hagas.
¿Y quién sabe? Quizás disfrutes de una hermosa vista del cielo, como el joven de la playa.
Levántese y comience a andar. Josue 1:3
Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Levantese, no se quede postrado donde estas. Lo que pises, se te dará, pero para eso hay que comenzar a andar.
Muévase en fe y no en temor. Josue 1:9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará donde quiera que vayas. Habrá cosas que te harán temblar, pero no temas, vive por fe.
martes, 26 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
La Ancianita y sus semillas
Había una vez un hombre que subía cada día al autobús para ir al trabajo. Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana. La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana.
Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.
¡Son semillas! – le dijo la anciana.
¿Semillas? ¿Semillas de qué?
- De flores… es que miro afuera y está todo tan vacío…Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?
- Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros… ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?
- Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará.
- Pero…tardarán en crecer, necesitan agua…
- Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!
La anciana siguió con su trabajo… Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza.
Unos meses después, yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana, vio todo el camino lleno de flores…
¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje!
Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor:
- ¿La anciana de las semillas?
- Pues, ya hace un mes que murió.
El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.
«Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué le ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra».
De repente, oyó la risa de un niño pequeño. Una niña señalaba entusiasmada las flores…
- ¡Mira, papá! ¡Mira cuántas flores!
¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historia?
La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo, y dejó su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices. Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas que va arrojando por la ventanilla.
No dejes de sembrar cosas buenas… Alguien siempre recogerá tu siembra….
Gálatas 6:7 “No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
2 Corintios 9:6 “Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.”
viernes, 22 de octubre de 2010
La Almohada y la Frazada
Hace mucho tiempo, una niña de una familia adinerada se preparaba para ir a la cama. Decía sus oraciones cuando oyó un sollozo a través de su ventana. Un poco asustada, se asomó por su ventana. Otra niña, quien parecía de su misma edad y desposeída estaba parada en el callejón junto a la casa de la niña rica.
Su corazón se identificó con la niña desposeída, ya que estaban en lo más frío del invierno, y la niña no tenía frazada, tan sólo viejos periódicos que alguien había tirado. A la niña rica se le ocurrió una brillante idea.
Llamó a la otra niña y le dijo: “Hey, tú, por favor acércate a mi puerta”. La niña desposeída estaba tan asombrada que solo pudo asentir.
Tan rápido como se lo permitieron sus piernas, la niñita bajó las escaleras hasta el closet de su madre y tomó una vieja frazada y una gastada almohada. Tuvo que caminar lentamente a la puerta del frente para no tropezar con la frazada que colgaba, pero finalmente lo logró.
Dejando caer ambos artículos, abrió la puerta. Parada allí estaba la niña desposeída, visiblemente atemorizada. La niña rica sonrió cálidamente y le entregó ambos artículos a la otra niña. Su sonrisa se ensanchó al observar la genuina sorpresa y felicidad en el rostro de la otra niña. Ella se fue a la cama increíblemente satisfecha.
A media mañana del día siguiente alguien tocó a la puerta. La niña rica voló a la puerta esperando ver a la otra niña allí. Abrió la gran puerta y miró fuera. Era la otra niñita. Su rostro se veía feliz y sonrió. “Supongo que no querrás estos de vuelta”.
La niña rica abrió su boca para decir que podía quedárselos cuando se le ocurrió otra idea. “No, sí los quiero de vuelta”. El rostro de la niña desposeída se entristeció. Esta obviamente no era la respuesta que había anticipado. A desgano, dejó los gastados artículos en el umbral y se volteó para irse cuando la niña rica le gritó: “¡Espera! Quédate allí”.
Se volteó a tiempo para ver a la niña rica corriendo escaleras arriba y por un largo corredor. Decidiendo que sin importar lo que la niña rica hiciese, no valía la pena esperar, se volteó y se alejó. Al dar el primer paso, sintió que alguien le tocó el hombro. Al voltearse vio a la niña rica, tirándole una nueva frazada y almohada. “Ten éstas”, dijo suavemente. Estas eran las suyas, hechas de seda y plumas.
Al crecer las dos, no se vieron mucho, pero nunca estuvieron muy lejos la una de la otra en sus mentes. Un día, la niña rica que ahora era una mujer rica, recibió una llamada telefónica de alguien. Un abogado que decía que necesitaba verla en su oficina.
Cuando llegó a la oficina, le dijo lo que había pasado. Hace cuarenta años, cuando ella tenía nueve años, había ayudado a una niña necesitada que creció para convertirse en una mujer de clase media con esposo y dos hijos. Ella había muerto recientemente y le había dejado algo en su testamento. “Aunque”, dijo el abogado, “es la cosa más peculiar. Le dejó una almohada y una frazada”.
Hay cosas en la vida que quizás no tengan mucho precio para algunos, pero para otros pueden ser de mucho significado, especialmente cosas que con amor y comprensión y mucho corazón alguien compartió. Hay mucho que podemos hacer y que podría impactar la vida de otros. Hoy puede ser ese día en que podrías impactar la vida de otro con un gesto, un presente o solo una sonrisa pero con mucho corazón.
El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas. Prov 10:12
Me llevó a la casa del banquete, Y su bandera sobre mí fue amor. Cantares 2:4
“En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” Mateo 25:40
miércoles, 20 de octubre de 2010
La puerta marcada con sangre
Durante una cruel y sangrienta guerra, un comandante prometió en presencia de sus tropas que mataría a la población entera de cierto pueblo enemigo, aun a la gente indefensa.
Sucedió que un fugitivo vio que los soldados entraban a una casa, matando con espada a los que estaban dentro. Al salir, uno de ellos, mojando un trapo en el charco de sangre, marcó la puerta, como señal a cualquiera que entrara, de lo que había pasado allí.
Había un cabrito en el corral. Inmediatamente lo mataron y mancharon de sangre la puerta donde estaban. Apenas habían terminado y cerrado la puerta cuando un grupo de soldados apareció a lo largo de la calle. ¡Pero no entraron en la casa de la puerta ensangrentada! La espada—pensaron—ya había hecho allí su obra. Así, mientras todos morían a su alrededor, los que estaban adentro de la puerta marcada con sangre se salvaron.
Esto nos hace recordar las palabras del Señor: “Yo veré la sangre, y pasaré de largo.” Éxodo 12:13 N.C. “Porque nuestra Pascua, Cristo, ya ha sido inmolada.” I Corintios 5:7 N.C.
Dios dice en Su Palabra que “sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecado.” Entonces para que seamos salvos, Cristo vertió su sangre para satisfacer la justa demanda de Dios.
Su sangre nos da un lugar de refugio de la espada del juicio divino, a todo aquel que, por fe, se abriga en ella. Cristo dijo, “El que por mi entrare será salvo.” Los que están afuera de El, perecerán en el día de juicio. No somos rescatados con cosas corruptibles como oro, plata, ídolos, personas mediadoras u obras, “sino con la sangre preciosa de Cristo.” I Pedro 1:18, 19.
lunes, 18 de octubre de 2010
Rodeado pero no vencido
Sabremos si nuestra actitud está en el carril apropiado cuando seamos como el modesto hombre de negocios cuya tienda de ropa estaba amenazada con desaparecer.
La tienda de una cadena nacional se había instalado allí y había adquirido todas las propiedades de su manzana. Este hombre muy particular se rehusó a vender. «Muy bien, entonces construiremos a su alrededor y lo sacaremos del negocio», le dijeron los competidores.
Llegó el día cuando el pequeño comerciante se encontró encerrado, con una nueva tienda por departamentos rodeando por ambos lados a su pequeño negocio. Los cartelones de los competidores anunciaban «¡Gran inauguración!»
El comerciante puso un cartel a todo lo ancho de su tienda que decía: «Entrada principal».
Los grandes líderes surgen cuando ocurren las crisis. En las vidas de las personas que triunfan vemos repetidamente terribles problemas que les fuerzan a levantarse por encima del promedio común.
No sólo encuentran las respuestas sino que descubren un tremendo poder dentro de sí mismas. Como el agua subterránea produce olas muy adentro en el océano, esta fuerza interior explota en una poderosa onda cuando las circunstancias parecen superarse. Entonces transpone el límite el deportista, el autor, el estadista, el científico o el hombre de negocios.
David Sarnoff dijo: «Hay mucha seguridad en el cementerio; anhelo las oportunidades».
Siempre hay una salida frente a las crisis de la vida. La clave para encontrar la puerta de salida está siempre en nuestra actitud. Cuál es la tuya hoy?
Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre. Sal 121:8
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. I Cor 10:13
miércoles, 13 de octubre de 2010
Un sueño roto
El sueño de su vida era ser misionero, y parecía como si finalmente se fuera a hacer realidad. Sentado en la oficina de la agencia misionera, el nervioso joven le aseguró al entrevistador que él y su flamante esposa estaban decididos a trabajar duro, administrar sus recursos como buenos mayordomos, y procurar que se proclamara a Cristo al mayor número de personas posible. Confiaban en que todo su futuro estaba saliéndole a pedir de boca.
Pero pronto todo iba a parecer como si su sueño se fuera a hacer añicos. Durante su preparación para vivir entre otras culturas él y su esposa se percataron de que ella nunca resistiría los rigores de vivir en el extranjero.
Ella era demasiado frágil y débil. Si iban al África, como habían planeado, era seguro que ella moriría.
Confuso y destrozado emocionalmente, el joven fue a trabajar para su padre, que era dentista y que tenía un pequeño negocio colateral que producía vino sin fermentar para los cultos de la Santa Cena en las iglesias.
Al envejecer su padre, el joven se hizo cargo de este negocio secundario. Un día se le ocurrió que tal vez podría todavía tocar al mundo para Cristo.
Podría todavía cumplir las palabras que le había dicho al representante misionero ese día. Trabajaría duro, sería un buen mayordomo de sus recursos, y procuraría que se proclamara a Cristo a tantas personas como fuera posible; solo que lo haría de una manera un poco diferente.
Mantendría su promesa sosteniendo financieramente a otros que podrían ir al extranjero como misioneros.
Trabajó duro, y con el tiempo logró desarrollar la compañía en una empresa gigantesca. ¿Cómo se llamaba?
Welch.
Hoy su jugo de uva se vende en todas partes. El Sr. Welch ha ofrendado gigantescas sumas de dinero a la causa de las misiones mundiales. Irónicamente, ha hecho mucho más por la evangelización mundial que lo que podría haber hecho trabajando duro personalmente en el campo misionero. Debido a que se adaptó a sus circunstancias y floreció en donde estuvo plantado, llegó a ser un compañero valioso de las misiones en todo el mundo.
Cuando una puerta se cierra, no te des por vencido, quizas hay otras puertas que no haz visto y que se abrirán para hacer incluso mucho más de lo que inicialmente habías pensado. Cuál fue la última puerta que se cerró?
Ya encontraste la nueva puerta? No olvides con Dios siempre hay nuevas puertas delante de nosotros.
De cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Gen 22:17
Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre. Apoc 3:8
martes, 12 de octubre de 2010
La Paz perfecta
Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera en una pintura dibujar la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron y presentaron sus obras en el palacio del rey, el gran día había llegado.
El rey observo y admiró todas las pinturas, pero solo hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas. La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban.
Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas.
Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas pero estas eran escabrosas y descubiertas.
Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos.
Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Todo esto no se revelaba para nada pacifico.
Pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido…
Paz perfecta… el pueblo entero se preguntaba que cuadro elegiría el rey?
El sabio rey escogió la segunda, y explicó a la gente el porqué…
“Porque,” explicaba el rey, “Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz.”
Y tú… ya has encontrado la verdadera paz del corazón, entre tanto bullicio?…
“Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.” Proverbios 3: 1
lunes, 11 de octubre de 2010
Tres millones de oraciones
La vida entró en un eclipse siniestro para Craig Shergold, niño inglés de once años de edad. Un tumor había aparecido en su cerebro. Comenzó entonces la odisea por la que pasan muchos enfermos: análisis continuos, terapias intensivas, internaciones periódicas en el hospital y esperanzas que brotan en la mañana para morir en la tarde.
Cuando se publicó su caso, comenzaron a lloverle cartas. Cartas con palabras de aliento, de simpatía y de promesas de oración.
Cartas que en un momento llegaron a más de tres millones trescientos mil, y tantas oraciones produjeron su efecto. Craig Shergold tuvo una reacción formidable.
Quedó fuera de peligro. «Dios tenía que contestar más de tres millones de oraciones», concluyó su madre Marion.
Hoy en día la gente hace poco caso de la oración. A muchos les parece, a lo sumo, una confesión de debilidad, y más probablemente algo completamente inútil. No creen que hay un Dios Todopoderoso que tiene interés en los seres humanos, y no creen que unas pocas palabras que parten de un corazón angustiado pueden recibir respuesta.
Sin embargo, la oración sigue siendo una fuerza poderosa aunque inexplicable. Por cierto, la oración es la única fuerza espiritual que puede usar el ser humano. Dios ciertamente contesta tres y aun más millones de oraciones.
Pero también, y esto es lo maravilloso, Dios contesta una sola oración.
Jesucristo dijo: «Tengan fe en Dios…. Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán» (Marcos 11:22,24). Cuando el hombre se siente sano, fuerte y dueño de la vida, no piensa en buscar a Dios. Pero cuando a ese mismo hombre lo golpea el infortunio, dobla entonces las rodillas, aun sin quererlo. Y Dios, que es mucho más noble, más bueno, más misericordioso y más comprensivo que el hombre, se apiada del pobre ser angustiado y lo socorre.
No es necesario sufrir una desgracia para comenzar la práctica de la oración. Ésta debiera ser la primera expresión de cada día, y la más sublime actividad de la vida. Es cuando el hombre habla con Dios que de veras llega a ser el ser superior de la creación.
Cuando se publicó su caso, comenzaron a lloverle cartas. Cartas con palabras de aliento, de simpatía y de promesas de oración.
Cartas que en un momento llegaron a más de tres millones trescientos mil, y tantas oraciones produjeron su efecto. Craig Shergold tuvo una reacción formidable.
Quedó fuera de peligro. «Dios tenía que contestar más de tres millones de oraciones», concluyó su madre Marion.
Hoy en día la gente hace poco caso de la oración. A muchos les parece, a lo sumo, una confesión de debilidad, y más probablemente algo completamente inútil. No creen que hay un Dios Todopoderoso que tiene interés en los seres humanos, y no creen que unas pocas palabras que parten de un corazón angustiado pueden recibir respuesta.
Sin embargo, la oración sigue siendo una fuerza poderosa aunque inexplicable. Por cierto, la oración es la única fuerza espiritual que puede usar el ser humano. Dios ciertamente contesta tres y aun más millones de oraciones.
Pero también, y esto es lo maravilloso, Dios contesta una sola oración.
Jesucristo dijo: «Tengan fe en Dios…. Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán» (Marcos 11:22,24). Cuando el hombre se siente sano, fuerte y dueño de la vida, no piensa en buscar a Dios. Pero cuando a ese mismo hombre lo golpea el infortunio, dobla entonces las rodillas, aun sin quererlo. Y Dios, que es mucho más noble, más bueno, más misericordioso y más comprensivo que el hombre, se apiada del pobre ser angustiado y lo socorre.
No es necesario sufrir una desgracia para comenzar la práctica de la oración. Ésta debiera ser la primera expresión de cada día, y la más sublime actividad de la vida. Es cuando el hombre habla con Dios que de veras llega a ser el ser superior de la creación.
viernes, 8 de octubre de 2010
El ciervo orgulloso
En nuestro singular “zoológico” nos encontramos ahora con un ciervo. El animal había llegado hasta una fuente de agua cristalina.
Y mientras bebía del agua, observó cuán hermosos eran sus cuernos, qué gracia y distinción le daban. Pero además, también vio reflejadas en el agua sus largas patas. Y pensó para sí: “¡Cuán largas son, que feas, y qué pies tan chicos tengo, que deforme!”
Pero no terminó el ciervo de pensar en sus cuernos y en sus piernas, cuando a la distancia apareció un león. Rápidamente el ciervo echó a correr con sus veloces patas. Pero con tan mala suerte que sus cuernos se enredaron al pasar por los arbustos del bosque, y el león lo alcanzó y lo devoró. Los pies que tanto había despreciado lo salvaron del león, mientras que los cuernos que tanto orgullo le habían dado, fueron la causa de su destrucción.
El pobre ciervo del cuento, al igual que los otros animales que desfilan por el “zoológico” de estas páginas, encierran una importante lección humana.
Bien puede representar a las personas que desprecian ciertas características de su vida, y a la vez se enorgullecen por las virtudes que dicen poseer. Y como resultado de semejante actitud, cuántas veces las tales personas cosechan en su propia experiencia el triste fin del ciervo.
A menudo, lo que parece despreciable en la vida propia puede abrir las puertas del éxito, como también, lo aparentemente meritorio, puede ser apenas una carga inútil de arrogancia y vanidad. El que se queja de su salud precaria, de su timidez, de sus pocas luces intelectuales, o de sus modestos recursos económicos, puede encontrar en tal condición un estimulante desafío para superarse y alcanzar un noble ideal. En cambio, aquel que confía exageradamente en sus pretendidas aptitudes puede perder el espíritu de lucha, y quedar por fin a la zaga de quien parecía menos apto.
¿No vemos cada día – en todos los órdenes de la vida – a personas que con lo poco que tienen, igualmente triunfan, mientras que otras mejor dotadas lloran su fracaso? Este es un tema digno de reflexión y del mejor auto-análisis: por qué unos llegan, y otros quedan detenidos en el camino.
¿Qué tal si en este día hiciéramos una lista de todos nuestros defectos y virtudes? Tal vez nos sorprenderíamos al vernos retratados en dicha lista.
Pero lo importante será no envanecernos ante las virtudes, ni desalentarnos frente a los defectos que descubramos. Toda virtud debe ser acompañada de sensatez y modestia; y todo defecto puede superarse para embellecer el carácter.
¿De qué manera es posible lograr esta calidad de vida espiritual? El empeño y la fuerza de voluntad son insuficientes. Pero como dijera San Pablo, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”…El “suplirá todo lo que os falta” (Filipenses 4:13, 19).
jueves, 7 de octubre de 2010
¿Y si Dios estuviera en medio de tus conversaciones? Por Enrique Monterroza
Salmos 19: 14 “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” No hay nada más hermoso que escuchar el vocabulario de un verdadero hijo de Dios, ya que las palabras de su boca son de mucha bendición.
¿Te ha pasado alguna vez que estás hablando con alguien y rápidamente detectas que es cristiano sin que te lo diga?, pues claro pasa a menudo, de repente entablas una plática con alguien y sin que te lo digan tu le notas que es cristiano. ¿Por qué será?, simple, es por la clase de palabras que utiliza.
Un verdadero cristiano tiene que cuidar lo que dice, el salmista David decía: “Sean gratos los dichos de mi boca”, en pocas palabras: “que lo que yo hable te agrade Señor”, la pregunta sería: ¿Tu vocabulario estará agradando al Señor?, ¿No tendrías problemas que Cristo estuviera en persona en medio de una de tus platicas?, seguramente algunos no se expresaran de la manera que lo hacen si Cristo estuviera en persona frente a ellos.
Hoy en día está de moda el hecho de tener dos vocabulario o quizá tres o cuatro, uno es el vocabulario que usas en la Iglesia que a lo mejor detona tu espiritualidad, el segundo quizá es al estar con tus amigos que a lo mejor es un vocabulario “que agarra la onda”, el tercero quizá es el vocabulario que utilizas en tu casa, que a lo mejor es un vocabulario de haraganería y rebeldía hacia tus padres o hacia tus hermanos. Y así sucesivamente podemos citar muchos vocabularios que a lo mejor tenemos en nuestra vida, pero la pregunta sería: ¿Estará feliz el Señor de la forma en que nos expresamos a diario?, ¿Se sentirá orgulloso de nuestro vocabulario?
Amigo mío, Dios quiere que los dichos de nuestra boca sean gratos delante de su presencia, puesto que con la misma boca que exaltamos su nombre con alabanzas, también muchas veces estamos hablando pestes. Dios quiere que entendamos que nuestra vida tiene que ser un olor grato delante de su presencia y cuando me refiero a nuestra vida también incluyo nuestro vocabulario.
Es momento de reconocer que errores estamos cometiendo con nuestro hablar, es hora de llevar nuestro vocabulario a la presencia del Señor para que quite de el todo lo que le desagrada, ¿Estarás tu dispuesto a que Dios cambie tu vocabulario?, puesto que si es así tienes que comenzar a llenarte más del Señor, a leer mas la Palabra de Dios, a congregarte mas, a servir más y mejor cada día, a mantener un habito diario de oración, puesto que todo esto te llevara a sumergirte en su presencia y recuerda que de la abundancia del corazón hablara tu boca.
Nunca hables cosas que te daría vergüenza que Dios te escuchara decir si El estuviera frente a ti.
miércoles, 6 de octubre de 2010
Aguas de Vida…por Janette de Contreras
Miró sus manos resecas, estaba sentada junto al fuego en aquellos pocos minutos con que puede contar diariamente para meditar y leer su Biblia.
Esas manos envejecidas por el trajín diario le hicieron recordar sus “mejores tiempos”. Aquellos días de soltería, vitalidad y belleza que el tiempo y las malas decisiones le habían arrebatado.
Años atrás sus manos eran hermosas, pero también era hermosa su alma…
Hoy, todo había cambiado…
La aridez de sus malos días la estaba consumiendo.
Sus manos, no eran más que el reflejo de su realidad presente.
Has tenido días parecidos a éste?…días donde añoras volver el tiempo atrás, volver a aquellos momentos de dicha, de vigor?
En días de sequedad la oración no parece tener fervor alguno.
La Biblia parece no hablarte y el entorno simplemente fastidia el corazón!
Son los tristes días de sequedad Espiritual; Todos los hemos tenido!
Pero te diré algo: Tus malos días no duraran para siempre, y tu sequedad ¡Tampoco lo hará!
Solo un poquito más de resistencia y sacar fuerzas de debilidad para poder clamar como lo hiciera el rey David en el Salmo 63:
Mi alma tiene sed de ti..Mi alma te anhela!
Párate junto al Agua de Vida!
No olvides su invitación: “El que tenga sed, venga a mi y beba”
No te desalientes, la misma Fuente de Agua Viva te esta invitando y hay suficiente agua para cambiar tu desierto en torrentes de aguas de Vida!
Puedes tomar de ella para volver a aquellos días en que el árbol de tu vida se irrigaba frondoso y fuerte junto a “aguas de vida y reposo”…Vamos! Llénate de Agua Viva!
A veces, caemos presa del viejo dicho…”todo tiempo pasado fue mejor”, pero eso nos impide ver el mañana… Y en tu mañana esta esperando el experto en Vida…el dará vigor a tus huesos y obrará en lo imposible..
Isaías 43:18-19 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
martes, 5 de octubre de 2010
Deja tus cargas…
Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión. Levantó un vaso con agua y preguntó al auditorio:
- ¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua?
Las respuestas variaron entre 20 y 500 gramos.Entonces el conferencista comentó:
- No importa el peso absoluto.
- ¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua?
Las respuestas variaron entre 20 y 500 gramos.Entonces el conferencista comentó:
- No importa el peso absoluto.
Depende de cuánto TIEMPO voy a sostenerlo. Si lo sostengo por un minuto, no pasa nada.
Si lo sostengo durante una hora, tendré un DOLOR en mi brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán que llamar una ambulancia.Pero es exactamente el MISMO peso, pero entre más tiempo paso sosteniéndolo, más pesado se va volviendo.
Si cargamos nuestros PESARES, RENCORES u ODIOS todo el tiempo, luego, más temprano o más tarde, ya no seremos capaces de continuar, la carga se irá volviendo cada vez MAS PESADA y entonces viene la desesperación y la falta de deseos de vivir.
Mateo 11:28
Jesús dijo “Vengan a mi los que están cansados, fatigados, agobiados y YO los haré descansar.”
Jesús dijo “Vengan a mi los que están cansados, fatigados, agobiados y YO los haré descansar.”
Toma todas tus cargas, PERDONA y anímate a ser Libre por Jesús. Vive! Sé Feliz! Y ante todo, libre…
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