miércoles, 31 de agosto de 2011

El Sembrador de Bellotas por Brian Cavanaugh

En 1930 un joven viajero exploraba los Alpes Franceses. Llegó a una vasta extensión de tierra estéril. Estaba desolada. Era amenazante. Era horrible. Era el tipo de lugar del que uno sale huyendo de prisa.


Entonces, de repente, el joven viajero se detuvo sobre sus talones. En medio de este vasto desierto había un anciano encorvado. Sobre su espalda cargaba un saco de bellotas. En su mano había un trozo de tubo de hierro de metro y medio.

El hombre usaba el tubo de hierro para abrir agujeros en la tierra. Entonces, sacaba del saco que traía una bellota y la colocaba en el agujero. Luego, el anciano le dijo al viajero: “He sembrado más de 100,000 bellotas. Quizás tan solo una décima parte de ellas crecerán”. La esposa e hijo del anciano habían muerto, y esta era la manera como él había decidido invertir sus últimos años. “Quiero hacer algo útil”, dijo él.

Veinticinco años después, el ahora no tan joven viajero regresó al mismo paraje desolado. Lo que vio lo sorprendió. No podía creer lo que veían sus propios ojos. La tierra estaba cubierta con un hermoso bosque de tres kilómetros de ancho y ocho de largo. Las aves cantaban y los animales jugaban y las flores silvestres perfumaban el ambiente.
El viajero se quedó contemplándolo, recordando la desolación que alguna vez estuvo en su lugar; un hermoso bosque de robles ahora se levantaba allí –sólo porque alguien se interesó.

Nunca te canses de sembrar, lo que ahora parece que no germina un día brotará. Quizá no lo veas tú, pero lo verán tus hijos o tus nietos y tú sonreirás desde los cielos. La vida es un campo y tú eres el sembrador.

Y José dijo al pueblo: He aquí os he comprado hoy, a vosotros y a vuestra tierra, para Faraón; ved aquí semilla, y sembraréis la tierra. —Génesis 47:23.


El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará. —Eclesiastés 11:4.

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lunes, 29 de agosto de 2011

¿Por qué no voy a la Iglesia?

Un cristiano escribió una carta al editor de un periódico quejándose de que ya no tenía sentido el ir a la Iglesia cada Domingo.


“He asistido fielmente por más de 30 años”, escribió el hombre, “y durante todo este tiempo he escuchado a más de 3,000 sermones. Pero la verdad es que no puedo recordar ni uno solo.
Así que, pienso que estoy malgastando mi tiempo….y creo que el pastor también está malgastando su tiempo en predicarlos.



Esto dio inicio a una verdadera controversia en la columna de “Cartas al Editor”, algo que hizo que el editor estuviera, por supuesto, bien contento.

Siguió por unas semanas hasta que alguien escribió lo siguiente:


“Ando casado por más de 30 años. En todo este tiempo mi esposa me ha preparado unas 32,000 comidas. Pero la verdad es que no puedo recordar el menú de ninguna de estas comidas. Pero una cosa reconozco.
Cada comida me nutrió y me dio la fuerza que necesitaba para seguir fielmente en mi trabajo.
Si mi esposa no me hubiera preparado cada una de estas comidas, yo no estuviera presente hoy.” El periódico nunca recibió más cartas sobre ese asunto.


Podremos tener mil y una razones para no ir a la Iglesia, pero la verdad es que necesitamos la comunión con el Cuerpo de Cristo, el cual está integrado por cada hijo e hija de Dios.


Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. —Hechos 2:42

Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. —1 Juan 1:3

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viernes, 26 de agosto de 2011

A expensas del Tronco

En el sur de los Estados Unidos existe un tipo de vid que es parásita, sube por los troncos y se adhiere a árboles saludables y fuertes. Esta uva oscura del tamaño de una nuez se usa para hacer dulces y jaleas, y algunos sureños usan la piel para hacer pastel de fruta.



El fruto que produce este tipo de vid les ha servido a muchas familias pobres durante muchos años. En años recientes, esta clase de vid se ha hecho más popular y este tipo de uva se puede comprar casi en todas partes en el sur del país.


A pesar de lo gustosa, variada y rica que es, esta clase de vid no puede existir por sí misma. Necesita el soporte de árboles bien firmes y arraigados a los cuales adherirse para sustentarse. Si esta vid se le separa del árbol que le sirve de sostén, se seca y deja de dar fruto.

Como la vid, no podemos sobrevivir sin una total dependencia de Dios. Sin Él no tenemos una verdadera, guía o alimento, y no podemos dar fruto.
Sin embargo, podemos aprender a adherirnos al Señor rindiendo nuestras vidas a Él. Podemos alimentarnos estudiando la Biblia, orando, adorando a Dios, sirviéndole y obedeciéndole de todo corazón. Como la vid, al adherirnos a nuestra Fuente podremos crecer saludablemente y dar mucho fruto bueno.


Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separando de mí nada podéis hacer. —Juan 15:5

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miércoles, 24 de agosto de 2011

Deja que Tu Luz Brille

Una pequeña niña se encontraba entre un grupo de personas, que eran guiadas en una excursión por una gran catedral. Mientras el guía daba explicaciones sobre las diversas partes de la estructura, el altar, el coro, la mampara y la nave principal, la atención de la pequeña estaba enfocada en una vidriera de colores.


Estuvo por largo tiempo, considerando en silencio la ventana. Al elevar la vista hacia las figuras que formaban parte del vitral, su rostro fue bañado en un arco iris de colores cuando el sol de la tarde inundó el ala cruciforme de la inmensa catedral.


Cuando el grupo se preparaba para continuar la gira, la niña se llenó de valentía y preguntó al guía: “¿Quiénes son las personas que están en ese vitral tan hermoso?
-Esos son los santos” -respondió aquel.

Esa misma noche, mientras la niña se alistaba para acostarse, le dijo a su madre con orgullo:
-Sé quiénes son los santos.
-¿Lo sabes? -respondió la madre. ¿Y me podrías decir quiénes son?
Sin vacilar la niña respondió:
- ¡Son las personas que dejan que la luz brille a través de ellas!


¿Estás permitiendo que la luz del Señor brille a través de tí?
Hemos sido llamados a compartir la luz de Jesús en un mundo de tinieblas. Como rayos de luz que atraviesan el pesimismo y la oscuridad, podemos llevar esperanza y ánimo.

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. —Mateo 5:16

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lunes, 22 de agosto de 2011

No te Aferres al Pecado por Timothy Senerwa

Se cuenta la historia de un hombre que estaba muy cansado y decidió descansar en las ramas de un árbol. Encontró un buen lugar y tuvo un buen descanso. Dormía tan a gusto que se le olvidó que estaba en una rama. Pasaron las horas y ya había oscurecido cuando despertó de un salto.


Olvidándose que estaba en una rama, comenzó a caer. Mientras caía, su mano abierta agarró una rama, y la apretó fuertemente. Estando colgado allí, escuchó una voz que le decía: “suelta la rama” pero como había tanta oscuridad, él no se atrevió a soltarla. Aquel hombre permaneció colgado hasta el amanecer sólo para descubrir que estaba a pocos centímetros del cielo.


Estuvo colgado en aquel árbol toda la noche experimentando un fuerte dolor y un gran cansancio, cuando pudo haberse dejado caer al suelo sin problemas.

Nosotros también a veces nos aferramos al pecado. Nos sentimos cansados y condenados por mucho tiempo. Sin embargo, sólo estamos a “pocos centímetros” del perdón y de experimentar la paz con Dios.


Vivamos hoy en paz al confesar y arrepentirnos de nuestros pecados. No debemos permitir que la vergüenza de confesar impida la paz interior y el gozo de ser perdonados. Que Dios nos ayude a tratar con el pecado inmediatamente.

Pecar es de humanos; persistir en él es necedad.

¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el SEÑOR no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño! —Salmos 32:2

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viernes, 19 de agosto de 2011

Semillas y Fe

Leí una fábula acerca de un hombre que estaba mirando en una tienda cuando hizo el pavoroso descubrimiento de que Dios estaba detrás del mostrador.


Así que el hombre se acercó, y preguntó: «¿Qué vendes?» Dios respondió: «¿Qué desea tu corazón?» El hombre dijo: «Quiero felicidad, paz mental y libertad del temor […] para mí y para todo el mundo». Dios sonrió y dijo: «Aquí no vendo frutos. Sólo semillas».


En Gálatas 6, Pablo enfatizó la importancia de sembrar semillas de comportamiento que honren a Dios, porque «todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (v.7). No podemos esperar experimentar el fruto de las bendiciones de Dios si no reconocemos la importancia de hacer nuestra parte.

Seguir el ejemplo de otros que han sembrado buena semilla puede ayudarnos. Samuel Shoemaker dijo que un buen ejemplo puede inspirarnos o hacernos decir: «Ah, sí, él (o ella) es así. Los cambios de humor, los nervios, la impaciencia o la preocupación no le suponen un problema como en mi caso; simplemente tiene mejor temperamento». Shoemaker continuó: «Puede que no se nos ocurra que tal vez esta persona haya tenido que luchar por su serenidad y que también podríamos triunfar si hiciéramos lo mismo».

¿Estás cansado de tu manera de ser? Pídele ayuda a Dios y comienza hoy a sembrar las semillas de nuevas acciones y respuestas. A su debido tiempo, el Espíritu dará el crecimiento.
Las semillas que sembramos hoy determinan el tipo de fruto que cosecharemos mañana.

Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. —Gálatas 6:7

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miércoles, 17 de agosto de 2011

¡Él Murió por Mí!

William y Mary Tanner estaban cruzando los rieles del ferrocarril cuando sucedió. El pie de Mary resbaló y se encajó entre el riel y el cruce para peatones de madera.


Ella trató frenéticamente de sacar el pie al tiempo que empezó a escuchar el ruido de un tren que se aproximaba. Sólo quedaban segundos, pues el expreso venía a toda prisa hacia ella por una curva. Will Tanner le haló el pie desesperadamente tratando de liberarla.

Cuando el tren se acercó más, y el silbido sonó a todo volumen, y los frenos chirriaron, Will la tomó en sus brazos. Mientras la gente se estremecía horrorizada, el tren les pasó por encima. Un testigo dijo que justo antes de que la máquina los golpeara escuchó al valiente hombre gritar: «¡Me voy a quedar contigo Mary!»

¡Ese sí que es un gran amor!


Esta historia me recuerda a nuestro Salvador, el cual nos amó con un amor que puede salvarnos (Juan 3:16). La muerte se precipitó sobre Él mientras pendía en la cruz y asumió la pena completa que nosotros merecíamos. Escuchó a personas gritarle que se salvara a Sí mismo y que bajara de la cruz (Mateo 27:40). Pero para salvar a los demás, Cristo optó por no salvarse a Sí mismo (v.42).

Con amor divino y sacrificación, Jesús rehusó salvar su propia vida. Murió para poder perdonar nuestros pecados. Nuestro Salvador se quedó en la cruz: por ti y por mí.


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lunes, 15 de agosto de 2011

Tumbas

Son famosas las pirámides egipcias porque contienen los cuerpos momificados de los antiguos potentados egipcios.


La abadía de Westminster, en la ciudad de Londres, Inglaterra, es renombrada porque en ella descansan los retos de los nombres y notabilidades inglesas.


El Cementerio de Arlington en la ciudad de Washington, Distrito de Columbia, EE. UU. es reverenciado porque es el honroso lugar donde descansan los restos de muchos americanos prominentes.

Entre la tumba de Cristo y estos lugares que se acaban de mencionar existe una diferencia tan grande como la que existe entre la noche y el día. Estos lugares son famosos y atraen visitantes de cerca y de lejos por lo que contienen; mientras que la tumba de Cristo es famosa por lo que NO CONTIENE.


Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. —Romanos 8:34

y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. —2 Corintios 5:15

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque este muerto vivirá. —Juan 11:25,26

Y Dios que levantó al Señor, y también a nosotros nos levantará de con su poder. —I Corintios 6:14

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viernes, 12 de agosto de 2011

Mejor es intentarlo y fallar que no hacer nada…

Imagine un blanco como el que se usa para jugar dardos. El punto del medio es, por lo general marcado con cien puntos. Los anillos que lo rodean hasta llegar al borde están apuntados con ochenta, sesenta, cuarenta y veinte.

El lograr darle al punto del medio es raro, la mayoría de las veces los jugadores le pegan a los anillos de menos valor.

Pero casi todos los jugadores de dardos dirán que si no le apuntan al punto del medio, lograrían menos puntos. ¡Y la persona que no apunta ni tira, logra un puntaje de cero puntos!
Una vez una persona dijo: "Prefiero intentar hacer algo por Dios y fallar, que no hacer nada y tener éxito".
Otra dijo: "Dispárale a la luna. A pesar de que no le dé, estará entre estrellas".

Proverbios 24:16
Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse;
mas los impíos caerán en el mal.

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miércoles, 10 de agosto de 2011

Hoy ¡Toma Buenas Decisiones!

Un día antes de que la temporada de pesca de perca comenzara, Jimmy y su padre estaban pescando. Luego de usar gusanos como carnada, Jimmy decidió practicar usando un pequeño señuelo plateado.


Apenas el señuelo tocó el agua, su caña comenzó a doblarse. Jimmy sabía que había atrapado algo grande. Para cuando comenzó a enrollar la línea, una luna gigante se había levantado sobre el lago. A la luz de ella Jimmy vio al pez más grande que jamás hubiera visto.


El padre de Jimmy encendió un fósforo para ver la hora de su reloj: las diez de la noche, dos horas antes de que la temporada de pesca de perca comenzara. Tendrás que devolverlo, hijo, dijo.


Jimmy protestó: Nunca habrá un pez más grande que este. Miró alrededor y no vio a ningún otro bote o pescador cerca. Aún así por el tono de voz de su padre, se dio cuenta de que no habría discusión. Sacó con cuidado el anzuelo del labio de la perca y la devolvió al lago.


Jimmy tenía razón. Ahora lleva a sus propios hijos a pescar, y en los últimos treinta y cuatro años jamás vio una perca tan grande como la de ese día. Pero admite que cada que ve que tiene que afrontar cuestiones de ética , recuerda a ese pescado de nuevo y sonríe.

Una decisión bien tomada vive fresca y dulce en la memoria.

Proverbios 20:7
Camina en su integridad el justo;
sus hijos son dichosos después de él.

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lunes, 8 de agosto de 2011

La Mantequilla

Una vez cuatro hombres jóvenes compitieron esforzadamente para conseguir el puesto de encargado del departamento de créditos de su banco.
Luego de considerar los méritos de cada aspirante, la junta directiva tomó una decisión. Decidieron notificar a uno de los jóvenes de su promoción, que incluía un importante aumento salarial, durante una reunión programada después del almuerzo.


Al mediodía, el joven que había elegido se dirigió a la cafetería para almorzar. Uno de los directores se encontraba detrás de él, separado por varios clientes. El director lo vio elegir su comida, incluyendo una pequeña porción de mantequilla.
Tan pronto como la puso sobre su plato, la cubrió con un poco de comida para ocultarla al cajero. Así evitó pagar por la misma.


Esa tarde se reunieron los directores para notificar al joven elegido, pero antes de hacerlo entrar al salón, se informó de lo ocurrido a todo el directorio.
Llegaron a la conclusión de que si estaba dispuesto a mentirle a un cajero respecto a lo que había en su plato, también lo haría respecto a lo que había en las cuentas del banco. Por lo tanto no le dieron el puesto.

La mentira no se mide en grados. Una mentira es una mentira. Una verdad es una verdad. ¡Y usted puede confiar en esa realidad!


Proverbios 12:17
El que habla verdad declara lo que es justo,
Pero el testigo falso, falsedad.

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viernes, 5 de agosto de 2011

El Segundo Violín

Leonard Bernstein, el famoso director de orquesta, fue interrogado una vez por un admirador: ¿Cuál es el instrumento más difícil de tocar?.


Bernstein replicó sin titubear: “El segundo violín. Yo siempre puedo encontrar cantidad de primeros violines, pero encontrar a alguien que toque el segundo violín, o segunda trompeta de pistones, o segunda flauta con el mismo entusiasmo, es un problema.
Y si nadie toca el segundo instrumento, no hay armonía”.

Los líderes no pueden liderar sin seguidores, colaboradores y ayudantes, aquellos dispuestos a ayudar sin tanto aplauso. Sin un liderazgo, ninguna institución u organización de ningún tipo podría ir adelante. Sin aquellos que los siguen con entusiasmo, ninguna institución tendría fuerza. ¡La envidia, entonces, puede matar tanto al progreso como a la estabilidad!

El verdadero amigo se regocija con los que triunfan, en lugar de envidiarlos. Esto a veces puede ser difícil, pero cuando el brillo del éxito o la satisfacción va disminuyendo, la amistad permanece más resplandeciente y satisfactoria.

Proverbios 17:17
En todo tiempo ama al amigo.

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miércoles, 3 de agosto de 2011

Un estado de Actitud

Cecilia se queja todo el tiempo de que no gana suficiente dinero, de que no puede comprar lo que desea y que jamás podrá conseguir nada. Un consejero le dijo:


-Estás desperdiciando tu energía en quejarte en lugar de usarla para avanzar.
-No comprendes… Mi empleo es el problema, no yo -replicó ella.
-Tu empleo mal pago puede ser un problema y puede ser que tu jefe sea demasiado exigente, pero si siempre estás tan disconforme, te causas un daño mayor del que puedas causarte el trabajo o tu jefe.


-¿Y qué puedo hacer yo? -quiso saber ella.
- No puedes controlar el trabajo ni a tu jefe pero sí puedes controlar tus sentimientos respecto de ellos. Modifica tu actitud -respondió el consejero.

Cecilia aceptó el consejo. Cuando dejó de lamentarse de la vida, la gente a su alrededor lo notó de inmediato. Consiguió un ascenso y su nuevo puesto le generó mejores posibilidades. De ahí que en pocos meses la transfirieron a otro departamento con un sueldo mayor y un jefe que le brindaba todo su apoyo.


Lo que consideramos horrible es un estado de actitud. Un cambio de actitud ¡cambiará el estado de las cosas!
Si sostiene que las cosas pueden salir mal, posiblemente sea un profeta.

Proverbios 6:2 Te has enredado con las palabras de tu boca y has quedado atrapado en los dichos de tus labios.

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lunes, 1 de agosto de 2011

Confiar a Dios lo imposible

La doctora Amanda Whitworth se sentía frustrada, su auto era el noveno en una fila que subía muy despacio una colina debido a un camión que iba muy lentamente, y ella estaba apurada.


Su último paciente había necesitado más atención de a requerida normalmente para los exámenes y se le había hecho tarde para recoger a su hija de la escuela.

Ahora susurraba una oración "No volveré a llegar tarde" y como sería la tercera vez que sucedía y la escuela no les permite tardanzas a sus padres, tendría que hacer arreglos para el cuidado de Allie por las tardes.

En silencio, Amanda protestaba por la lentitud del camión. Nadie se atrevía a pasarlo en la larga cuesta, ya que era imposible ver los autos que venían en dirección contraria. De repente, el chofer del camión movió su mano indicando que no venía ningún auto de frente.

Mientras Amanda pasaba por el lado del camión, pensó en que ese hombre era un extraño y nueve personas confiaban sus vidas y las de sus familias a él.

¡Qué representación tan tremenda de cómo hacemos todo lo que podemos hacer, y luego debemos confiar hasta el mínimo detalle de nuestras vidas al cuidado de Dios.! ¡Y cómo nos consuela saber que Él siempre ve todo lo que tenemos por delante!

Mi trabajo es preocuparme por lo posible y confiar a Dios lo imposible.

Salmo 9:10
En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Señor, no desamparaste a los que te buscaron.

Fuente:
http://www.renuevodeplenitud.com