Éxodo 31:3. Y lo he llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa.
Investigaciones en la universidad de Minnesota encontraron que los maestros le sonreían a niños con alto índice de inteligencia que eran aplicados pero miraban con desprecio a los más creativos. Según el estudio, los alumnos inteligentes pero no creativos aceptan con conformidad, no se rebelan y completan sus deberes con prontitud y casi perfectos. Los niños creativos en cambio, tienden a ser manipuladores, imaginativos e intuitivos. Son más propensos a poner nerviosos a los maestros. En general los creativos son inquietos, independientes, imaginativos y les falta seriedad. Muchas veces su comportamiento distrae al resto de la clase y dan respuestas inesperadas. El estudio universitario encontró que setenta por ciento de los niños nivelados muy alto en creatividad No eran los preferidos de los profesores y No eran los mejores de la clase. Luego compararon sus resultados con los de una investigación de la Universidad de Stanford en el que se había dejado a los profesores y maestras de escuelas primarias seleccionar a los niños más brillantes. La conclusión fue que los profesores y maestras hubieran excluido de su lista de alumnos brillantes a Edison, Picasso, Einstein y Mark Twain.
La creatividad es un regalo de Dios. Es uno de sus atributos comunicables. Es decir una de las características de Dios que él decidió trasmitirnos como consecuencia de hacernos a su imagen y semejanza. Las personas creativas están siempre buscando nuevas y mejores formas de hacer las cosas. Muchas veces la iglesia ha hecho lo mismo que la escuela. Hemos puesto en alta estima a los que repiten los procesos al pie de la letra en vez de prestarles atención a los innovadores que quizás encontraron una mejor manera de hacer las cosas para el tiempo moderno.
Con el Espíritu de Dios dentro de nosotros, todos los cristianos podemos ser personas creativas. Debemos usar la imaginación para poder cumplir con la misión para la que Dios nos escogió. Podemos usar la imaginación para renovar nuestra vida, familias, iglesia y este mundo que tanto necesita de la creatividad de los hijos de Dios.
Punto de reflexión
¿Qué piensa Dios de la creatividad?
¿Cómo puedo usar mi creatividad para el Señor?
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