lunes, 28 de febrero de 2011
La bailarina
Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que la ayudaría a convertir su afición en profesión.
Deseaba llegar a ser la primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camerinos luego de una función, y habló con el director.
Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo, pero no sé si tengo el talento necesario o que me hace falta.
Dame una demostración, le dijo el maestro.
Transcurrido apenas 5 minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.No, no tiene usted condiciones.
La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más, se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un supermercado.
Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya era octogenario, ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su trabajo en el supermercado, luego agregó: Hay algo que nunca he terminado de entender.
Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?
Ahhh, apenas la miré cuando Ud. bailó delante de mí, le dije lo que siempre le digo a todas, le contestó.
Pero eso es imperdonable! Exclamó ella, arruinó mi vida, pude haber llegado a ser primera bailarina!
- No lo creo, repuso el viejo maestro. Si hubieras tenido las dotes necesarias, y una verdadera vocación para bailar, no habrías prestado ninguna atención a lo que yo dije.
Sin duda, si te crees perdido, estás perdido y si crees que no puedes, pues no podrás.
Si quieres hacer algo pero lo crees imposible, no creo que triunfes jamás.
En la vida no solo el valiente o el veloz triunfa, tarde o temprano el que siempre vence es el que cree que es posible.
Mira que te mando que te esfuerces y que seas valiente;no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estara contigodonde quiera que vayas. Josué 1:9
lunes, 21 de febrero de 2011
Escuchar la voz de Dios
(Jesús dijo): Aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató,¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. Lucas 13:4-5.
11 de septiembre de 2001: terror en Nueva York. Dos aviones secuestrados por terroristas fueron lanzados contra las dos torres de 400 metros de altura del World Trade Center, las cuales se desplomaron poco después y provocaron unos 3.000 muertos
Millones de personas vieron prácticamente en directo por televisión estas terribles imágenes que parecían irreales. El horror de esa tragedia creó un verdadero shock en todo el mundo. El adjetivo apocalíptico fue empleado por los medios de comunicación.
Pero después de la condena casi unánime de esa manifestación de odio, ¿seguimos como muchos, viviendo con la angustia de lo que pueda ocurrir mañana, pero sin preocuparnos por Dios? ¿Acusamos a Dios o comprendemos que mediante esta tragedia “en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende” (Job 33:14), y que hoy nosotros también podríamos pasar a la eternidad?
Es urgente escuchar lo que Dios quiere decirnos. La Biblia, su Palabra, nos dice cuál es la causa de todas las desdichas que alcanzan a la humanidad: la existencia del pecado en el corazón del ser humano. Pero también muestra que Dios trajo un remedio a esa terrible enfermedad del pecado por medio del sacrificio de su Hijo Jesucristo. Aprópiese de ese magnífico don y tendrá la conciencia y el corazón en paz.
viernes, 18 de febrero de 2011
¿Cómo lidio con el estrés? by Rick Warren 2 de 3
Dedícate: conoce a quién tratas de agradar
El segundo principio del manejo del estrés en la vida de Cristo se halla en Juan 5:30: «Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo sólo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió».
Este es el principio: Conoce a quién tratas de agradar. Entiende que no puedes agradar a todo el mundo, porque en tanto lo logres con un grupo, otro se disgustará contigo. ¡Ni aun Dios se dedica a agradar a todo el mundo, de modo que es vano procurar hacer algo que ni siquiera él hace!
Jesús sabía a quién intentaba agradar; para él eso era un asunto contundente: «Yo voy a agradar a Dios Padre». Y el Padre respondió: «Éste es mi hijo amado; estoy muy complacido con él» (Mateo 3:17).
Cuando uno no conoce a quién está tratando de agradar, se rinde ante tres cosas: la crítica (porque le afecta lo que otros piensen de su persona), la rivalidad (porque le preocupa que otro le lleve la delantera), y el conflicto (porque se siente amenazado cuando alguien discrepa de uno).
Si busco primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas las demás cosas necesarias de la vida me serán añadidas (Mateo 6:33). Esto significa que si me dedico a agradar a Dios, eso simplificará mi vida. Siempre haré lo correcto, aquello que agrade a Dios, a pesar de lo que piensen los demás.
Nos encanta atribuirles a otros, la causa de nuestro estrés: «Tú me obligaste...», «Debo…» «Tengo que...» En realidad, hay pocas cosas en la vida (sin mencionar el empleo) que tenemos que hacer. Cuando decimos: «Tengo que hacerlo», «Debo hacerlo», «Necesito hacerlo», realmente estamos diciendo «Escojo hacerlo, porque no deseo pagar las consecuencias», difícilmente podrá alguien obligarnos a hacer algo, de manera que no podemos culpar a otro de nuestro estrés. Cuando nos encontramos bajo presión, decidimos permitir que otros nos presionen. No somos víctimas a menos que permitamos que las exigencias de los demás nos presionen.
El segundo principio del manejo del estrés en la vida de Cristo se halla en Juan 5:30: «Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo sólo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió».
Este es el principio: Conoce a quién tratas de agradar. Entiende que no puedes agradar a todo el mundo, porque en tanto lo logres con un grupo, otro se disgustará contigo. ¡Ni aun Dios se dedica a agradar a todo el mundo, de modo que es vano procurar hacer algo que ni siquiera él hace!
Jesús sabía a quién intentaba agradar; para él eso era un asunto contundente: «Yo voy a agradar a Dios Padre». Y el Padre respondió: «Éste es mi hijo amado; estoy muy complacido con él» (Mateo 3:17).
Cuando uno no conoce a quién está tratando de agradar, se rinde ante tres cosas: la crítica (porque le afecta lo que otros piensen de su persona), la rivalidad (porque le preocupa que otro le lleve la delantera), y el conflicto (porque se siente amenazado cuando alguien discrepa de uno).
Si busco primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas las demás cosas necesarias de la vida me serán añadidas (Mateo 6:33). Esto significa que si me dedico a agradar a Dios, eso simplificará mi vida. Siempre haré lo correcto, aquello que agrade a Dios, a pesar de lo que piensen los demás.
Nos encanta atribuirles a otros, la causa de nuestro estrés: «Tú me obligaste...», «Debo…» «Tengo que...» En realidad, hay pocas cosas en la vida (sin mencionar el empleo) que tenemos que hacer. Cuando decimos: «Tengo que hacerlo», «Debo hacerlo», «Necesito hacerlo», realmente estamos diciendo «Escojo hacerlo, porque no deseo pagar las consecuencias», difícilmente podrá alguien obligarnos a hacer algo, de manera que no podemos culpar a otro de nuestro estrés. Cuando nos encontramos bajo presión, decidimos permitir que otros nos presionen. No somos víctimas a menos que permitamos que las exigencias de los demás nos presionen.
lunes, 14 de febrero de 2011
El Señor cumple sus promesas
José… fue vendido por siervo. Salmo 105:17
Dios estaba con él,y le libró de todas sus tribulaciones. Hechos 7:9-10.
Dios estaba con él,y le libró de todas sus tribulaciones. Hechos 7:9-10.
¿Cómo reaccionó José ante esa situación? ¿Se lamentó por su suerte? ¿Se habrá dicho: Todo va mal, nunca se cumplirá la promesa de Dios? No, José siguió confiando en Dios y esforzándose por hacer el bien a los que estaban a su alrededor, incluso en la prisión. Durante este período difícil, Dios estaba con él: “le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel” (Génesis 39:21).
Luego, un día José fue liberado y escogido por el Faraón como «primer ministro». En ese lugar pudo seguir haciendo el bien, pero a mayor escala. Salvó del hambre a multitudes, e igualmente a su padre y a sus hermanos. Después, Dios se sirvió de José para que sus hermanos reconocieran todo el mal que le habían hecho, siendo así liberados de su culpabilidad.
En su Palabra el Señor nos da promesas. Algunas, como el perdón de nuestros pecados, se cumplen inmediatamente cuando creemos en Jesús. Pero también puede ocurrir que seamos probados, por ejemplo cuando Dios no parece escuchar nuestras oraciones. Entonces, como José, confiemos en Dios. Tarde o temprano Él cumplirá sus promesas.
viernes, 11 de febrero de 2011
Una cosa te falta por Carlos y Chantalle Villarreal
Sansón pudo vencer y dejar muchas cosas atrás pero, hubo una pequeña cosa a la cual no le dio importancia y fue ella la que lo llevó a la destrucción total de su vida, su llamado, su ministerio y todo lo que el tenía y eso fue “la codicia”. Todos hemos podido vencer distintas cosas , pero quizás hayan algunas a las cuales no le hemos prestado atención y si no las destruimos tarde o temprano ellas lo harán con nosotros.
Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: UNA COSA TE FALTA: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Marcos 10:21
Jesús se encontró con este joven muy religioso y devoto pero, en el momento que le toco la yaga no quiso saber más acerca de él. Todos conocemos aquella área en nuestra vida la cual todavía no ha sido crucificada y entregada a Jesús, la de este joven era el amor al dinero ; tal vez eso no sea tu problema pero si la lujuria, los malos pensamientos, la pornografía, el adulterio, la mentira, la codicia, el mal carácter, la ira, pelea , contienda etc..; puede que hayas entregado muchas cosas a Jesús pero quiero recordarte que aun UNA COSA TE FALTA.
Y eso solo tú y Dios lo conocen; esa pequeña cosa a la cual no le das importancia es la que te está llevando a un precipicio oscuro, es la que te aparta de hacer la voluntad de Dios , es la que te lleva a salirte de la cobertura de Dios y si no eres lo suficientemente audaz para deshacerte de ello , lastimosamente se repetirá en ti lo mismo que sucedió con este joven ; que prefirió quedarse abrazado a lo material y no darle lugar en su corazón a aquel que realmente lo merece.
Cantidad de cristianos caminan años atados a malos hábitos; saben mucho de palabra, oran mucho, ayunan, predican y hacen tantas cosas pero, siguen siendo los mismos que pelean en su hogar, que lastiman a sus esposas, que viven de pelea en pelea y nunca cambian ; no es que a Jesús no le importó lo que este joven hacía, el punto es que el creía que todo eso era suficiente para agradar a Dios, y es que siempre el ser humano intentara con sus propias fuerzas cubrir un mal con una buena actitud que asuma y esa no es la solución , tampoco es que Jesús quería que este joven se quedara pobre y sin nada ; lo que el Maestro quería era sacarle de su corazón el amor al dinero ; cuantas veces Dios quiere apartarnos de aquello que nos lleva a alejarnos de él, pero más nos aferramos a ello.
Aun UNA COSA TE FALTA, ya no pospongas más aquello que tu sabes debes atender hoy mismo; hasta cuando has de estar aferrado al orgullo, hasta cuando has de estar prensado a aquello que te lleva a romper tu comunión con Dios; HOY ES EL DIA, de que tomes una decisión, y te alejes de aquello que te lleva a apartarte de tu Dios.
Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: UNA COSA TE FALTA: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Marcos 10:21
Jesús se encontró con este joven muy religioso y devoto pero, en el momento que le toco la yaga no quiso saber más acerca de él. Todos conocemos aquella área en nuestra vida la cual todavía no ha sido crucificada y entregada a Jesús, la de este joven era el amor al dinero ; tal vez eso no sea tu problema pero si la lujuria, los malos pensamientos, la pornografía, el adulterio, la mentira, la codicia, el mal carácter, la ira, pelea , contienda etc..; puede que hayas entregado muchas cosas a Jesús pero quiero recordarte que aun UNA COSA TE FALTA.
Y eso solo tú y Dios lo conocen; esa pequeña cosa a la cual no le das importancia es la que te está llevando a un precipicio oscuro, es la que te aparta de hacer la voluntad de Dios , es la que te lleva a salirte de la cobertura de Dios y si no eres lo suficientemente audaz para deshacerte de ello , lastimosamente se repetirá en ti lo mismo que sucedió con este joven ; que prefirió quedarse abrazado a lo material y no darle lugar en su corazón a aquel que realmente lo merece.
Cantidad de cristianos caminan años atados a malos hábitos; saben mucho de palabra, oran mucho, ayunan, predican y hacen tantas cosas pero, siguen siendo los mismos que pelean en su hogar, que lastiman a sus esposas, que viven de pelea en pelea y nunca cambian ; no es que a Jesús no le importó lo que este joven hacía, el punto es que el creía que todo eso era suficiente para agradar a Dios, y es que siempre el ser humano intentara con sus propias fuerzas cubrir un mal con una buena actitud que asuma y esa no es la solución , tampoco es que Jesús quería que este joven se quedara pobre y sin nada ; lo que el Maestro quería era sacarle de su corazón el amor al dinero ; cuantas veces Dios quiere apartarnos de aquello que nos lleva a alejarnos de él, pero más nos aferramos a ello.
Aun UNA COSA TE FALTA, ya no pospongas más aquello que tu sabes debes atender hoy mismo; hasta cuando has de estar aferrado al orgullo, hasta cuando has de estar prensado a aquello que te lleva a romper tu comunión con Dios; HOY ES EL DIA, de que tomes una decisión, y te alejes de aquello que te lleva a apartarte de tu Dios.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Di oro por hierro
Con sus arcas nacionales agotadas debido a las costosas guerras el rey Federico Guillermo III de Prusia encontró a su nación, al intentar reconstruirla, seriamente escasa de fondos. Rehusó capitular con sus enemigos y no podía enfrentarse con la frustración de su pueblo.
Después de pensarlo profundamente, pidió a las mujeres de Prusia que trajesen su oro y plata para ser fundidos y utilizados en reemplazo de las cosas que tan desesperadamente necesitaba la nación.
Al traer cada mujer sus joyas, se le daba un “adorno” de bronce o hierro como símbolo de gratitud del rey. En el adorno estaba grabado: “Di oro por hierro, 1813″
La respuesta fue abrumadora. ¡Las mujeres llegaron a valorar más los regalos del rey que sus antiguas alhajas! Estos adornos eran la prueba de que se habían sacrificado por su rey. Es más se volvió altamente fuera de moda usar alhajas en Prusia a los comienzos del siglo diecinueve, pero muy de moda usar una cruz de hierro. De allí nació la “Orden de la Cruz de Hierro”.
El significado de la vida no yace en la posesión de cosas, ¡sino más bien de cómo usar esas cosas para dar a la vida su verdadero significado!
No mida su riqueza por las cosas que posee, sino por lo que tenga y por lo cual no se aceptaría dinero.
Lucas 12:15
Porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.
Porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.
lunes, 7 de febrero de 2011
Noticias del Blog
Por un tiempo ya no hemos subido devocionales debido a que la gran mayoría no los estaba leyendo y debido a eso hemos decidido hacer un pequeño cambio el cual estará disponible muy pronto.....
Estaremos subiendo los devocionales en Facebook para que todos tengan oportunidad de leerlos. Plis comenten y díganme si le parece bien? Si tienen alguna mejor idea me la dejan saber también para tomarla en consideración.
Un Abrazo y Bendiciones.
Rubén
¿Cómo lidio con el estrés? by Rick Warren 1 de 3
Jesucristo constantemente estuvo bajo presión. Sufrió presiones de tiempo; rara vez gozó de privacidad; siempre lo interrumpían; las personas, en repetidas ocasiones, lo malinterpretaron, lo criticaron y lo ridiculizaron. Experimentó tal clase de estrés que hubiera hecho claudicar a cualquiera de nosotros.
No obstante, al considerar la vida de Cristo, rápidamente descubrimos que permaneció en paz aun bajo presión. Nunca estuvo en apuros. Siempre estaba calmado. Poseía una tranquilidad en su vida que le permitía lidiar con el exceso de estrés. ¿Cómo logró hacer esto con tanto éxito? Él fundamentó su vida sobre las bases firmes del manejo del estrés. Si lográramos entender y aplicar estos principios a nuestras vidas, podríamos experimentar menos estrés y más tranquilidad emocional.
Identifícate: Conoce quién eres
Jesús declaró: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan8:12). «Yo soy la puerta» (10:9); «Yo soy el camino, la verdad, y la vida» (14:6); «Yo soy el buen pastor» (10:11); «Yo soy el Hijo de Dios» (10:36). ¡Cristo sabía quién era!
El primer principio para controlar el estrés en tu vida es éste: Conoce quién eres. Este es el principio de la identidad. Jesús dijo: «Yo sé quién soy. Yo mismo me testifico». Esto es de suma importancia en el manejo del estrés porque si no sabes quién eres, otro tal vez te lo dirá, desde su propia perspectiva. Si ignoras tu identidad, permitirás que otros te manipulen y presionen para que seas alguien que no eres.
Mucho del estrés que experimentamos en la vida viene como resultado de portar una careta, de no ser genuinos con los demás, de vivir una vida doble o de aparentar ser alguien que en verdad no somos. La inseguridad siempre ocasiona presión en nuestras vidas, y cuando estamos inseguros nos sentimos obligados a actuar y a adaptarnos. Establecemos estándares irreales para nuestras vidas y a pesar de que luchemos, luchemos y luchemos, nos quedamos cortos. Naturalmente, la tensión y la presión son el resultado.
La primera manera de controlar el estrés en mi vida es adquirir un equilibrio interno en cuanto a lo que soy. Y sé quien soy cuando sé a quién pertenezco. Soy hijo de Dios. No fui puesto en la tierra por accidente, sino con un propósito. Dios me ama profundamente. Soy acepto ante Dios. Él tiene un plan para mi vida, y debido a que me creó, soy de mucho valor.
Y como él lo puso aquí, eres significativo. Para poder lidiar con el estrés, necesitas saber quién eres. Y hasta que logre controlar este asunto, la inseguridad te va a presionar.
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