viernes, 3 de febrero de 2012

El estadio, por Jorge Duarte

Podemos hacer una analogía entre lo que pasa en un estadio de béisbol y nuestra vida en la iglesia o congregación a la que pertenecemos.
Al ir a un juego de béisbol podemos observar que:

1. Todos están involucrados.Los fanáticos van al estadio a aplauir, gritar, saltar y a animar a su equipo.
Pero cuando estamos en la iglesia, ¿nos involucramos en la alabanza y adoración o nos quedamos sentados?, ¿nuestra forma de actuar motiva a los demás a involucrarse?.

Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
No fuiste creado para ocupar un lugar en el estadio, Dios te ha llamado a estar involucrado, a ser parte del mover en tu iglesia.

2. Existe un real compañerismo.Sólo por pertenecer a un mismo equipo, se identifican contigo, formas parte de ellos y eres importante para el resto de los aficionados y miembros. Sin embargo, ¿en la iglesia nos preocupamos por nuestros hermanos cuando faltan a algún servicio?, ¿nos interesamos en invitar a nuestros amigos y conocidos a la casa de Dios?, ¿hacemos nuestra la necesidad de otros?.

Hechos 2:42-47“…y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos 2:45)

Podemos ser uno en Jesús y ser compañeros, preocupémonos unos de otros.

3. Hay muchos apasionados.No importa si tu equipo gana o pierde, estás ahí para apoyarlo, eres apasionado sin importar el resultado. No obstante, cuando estamos en pruebas ¿tenemos el mismo gozo y pasión?

Hebreos 12:2 “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Jesús tenía una meta firme cuando vino al mundo a morir, él sentía amor y pasión por nosotros. Así mismo, ¿sentimos la misma pasión por él y su evangelio?
Decídete por Jesús a pesar de las circunstancias y tu alrededor, vive al extremo, apasionado, radical, porque “la pelota y el guante pasarán, pero la palabra de Dios nunca pasará”.

4. Todos buscan la victoria.Incluso cuando está perdiendo el equipo, hay esperanza… aún se puede empatar.

Romanos 8:35-37“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37)
¿Estás viviendo como más que un vencedor?
Aunque las circunstancias no sean las más favorables y parezca que todo está en tu contra, debes entender que ser más que un vencedor no es una actitud positiva, es una decisión. Dios puede hacer un milagro. Sin importar que pierdas el juego o no, al final de temporada él tiene un trofeo para tí, él quiere que lo disfrutes.

Entonces, ¿serás de los que pierden o de los que alcanzan la vida eterna?

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