martes, 8 de junio de 2010
Desanimado?!?!?!?
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;”
Hebreos 12:12
¡Qué bien hacen al corazón las palabras de ánimo y aliento! ¿A quién no le endulza el alma recibir palabras confortantes? Pero, coincidirás conmigo, cada vez se torna más difícil escucharlas. Es que cada persona está tan inmersa en sus propios problemas que le es casi imposible reparar en la necesidad de su prójimo. Así entonces, como un círculo vicioso, cada uno se aísla dentro de su propio mundo y se va convirtiendo en una isla de soledad y egoísmo.
El mundo actual es un verdadero caos y el hombre que lo habita víctima del mismo. Pero que diferente es escuchar esas palabras de ánimo salidas de la boca de Dios. Tienen el poder de levantar aún el ánimo de quien está inmerso en el dolor más grande. Son palabras que transmiten una fuerza incomparable.
Cuando el escritor a los hebreos dice lo que hemos leído, lo hace bajo la absoluta guía y dirección del Espíritu Santo. ¡Es Dios quien las dice! La Biblia, que es la palabra de Dios, contiene en sus páginas el más maravilloso mensaje que toda persona necesita oír. Transmite vida, energía, salud, paz y consuelo.
Amigo de las mejores palabras, el ritmo de vida actual se parece a un carrousell descontrolado. Gira a una velocidad enloquecida y enloquece a cualquiera. El intentar concretar sueños que jamás se cumplen va minando las fuerzas. Los anhelos cada vez más lejanos no hacen otra cosa que desgastar el alma. Así entonces, el vacío del corazón humano se va agigantando y la necesidad espiritual también.
¿Y tú como te sientes? ¿Te identificás con aquellos que están a punto de bajar los brazos? ¿Te sientes tentado a tirar la toalla? ¿Y si pruebas con la ayuda de Dios? ¿Y si le abres el corazón con fe para escuchar sus palabras de aliento inigualables?
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