“Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.” Hebreos 10:10
El Hijo de Dios se hizo el Cordero de Dios, la cruz se convirtio en el altar y cuando nos hacemos santos a traves del sacrificio de Cristo hecho en su cuerpo una vez y para siempre.
Lo que necesitaba ser pago ya se pagó. Lo que se tenia que hacer, se hizo. Se requería sangre inocente. Se ofreció sangre inocente, una vez y para siempre. Entierra esas cinco palabras muy profundo en tu corazón. Una vez y para siempre.
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