lunes, 7 de noviembre de 2011

El Piloto

En un avión con destino a Nueva York un niño entró buscando su asiento y se sentó. El niño era muy educado. Y pasó el tiempo coloreando en su libro de pintar. No presentaba rasgos de ansiedad ni nerviosismo al despegar el avión. El vuelo no fue muy bueno, hubo tormenta y mucha turbulencia.

El avión dió una sacudida fuerte, y todos estaban muy nerviosos, pero el niño mantuvo su calma y serenidad en todo momento.

¿Cómo lo hacía?, ¿Por qué su calma? Hasta que una mujer frenética le preguntó:
- Niño: ¿no tienes miedo?
- No señora, contestó el niño y mirando su libro de pintar le dijo:
-Mi padre es el piloto.


¿Sorprendido?
Hay tiempos en nuestra vida que los sucesos nos sacuden un poco y nos encontramos en turbulencia. No vemos terreno sólido y nuestros pies no pisan lugar seguro. No tenemos de dónde agarrarnos, y no nos sentimos seguros. Pero recordemos que nuestro amadísimo Padre Celestial es nuestro piloto.

A pesar de las circunstancias, nuestras vidas están puestas en el creador del cielo y la tierra. Y la próxima vez que llegue una tormenta a tu vida o si en este momento estás pasando por una, alza tu mirada al cielo, siéntete confiado y di para ti mismo:
¡Mi Padre es el piloto!


Nahúm 1:7
Bueno es Dios para fortaleza en el día de la angustia; y conoce á los que en él confían.

Hechos 18:9-10 Entonces él Señor dijo de noche en visión á Pablo: No temas, sino habla, y no calles: Porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal.

Salmos 9:9 Y será Dios refugio al pobre, Refugio para el tiempo de angustia.

Salmos 18:2 Roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; Escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.

Salmos 32:7
Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; Con cánticos de liberación me rodearás.

Fuente: www.renuevodeplenitud.com

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