En esta parábola Jesús cuenta la historia de dos hombres, la de un hombre rico que vivía con muchos lujos, vistiendo las mejores ropas y la de un mendigo, desamparado, muy enfermo y hambriento, llamado Lázaro.
El mendigo se sentaba frente al palacio del hombre rico, esperando que este tuviera compasión de él y que le satisficiera su hambre. Pero el hombre rico pasaba diariamente cerca de Lázaro sin preocuparse por él.
Muchas veces en nuestro alrededor hay personas con necesidades y nosotros sabiendo que debemos ayudarlos, no hacemos nada y somos como el hombre rico, que conocía a Lázaro, sabía lo que necesitaba y nunca hizo nada. ¿Cuántas personas están pasando por momentos difíciles a tu alrededor? ¿Estás haciendo algo por ellos?
“Debes activar en ti el ayudar”, debes estar dispuesto a ayudar a los demás, así como lo hizo Jesús, sin esperar recibir nada a cambio, no importa que no seas rico, para ayudar no necesitas vivir en un palacio, ni tener mucho dinero… Con lo que tienes puedes ayudar.
En Isaías 61:1 Dios nos muestra que estamos en este mundo para que nos identifiquemos con las necesidades de los demás, para que ayudemos a los abatidos y quebrantados de corazón que estén pasando por momentos difíciles.
“Actívate” ayuda a los demás con lo que tienes y aún cuando no tengas nada, ayuda mostrando el amor de Dios.
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