Los
maratonistas aprenden varias lecciones importantes durante los años de
entrenamiento. No importa lo experimentado que sea un corredor, una
pequeña piedra en el camino, un paso mal dado, una distracción o miles de otros
obstáculos pueden aparecer en cualquier momento, interrumpiendo el paso del
corredor y ocasionando un accidente o un daño.
Lo
mismo ocurre en el matrimonio. El tiempo prolongado que lleven de casados
no brinda inmunidad a los problemas.
Los
maratonistas aprenden a regular el paso para no agotarse en los primeros
kilómetros de la carrera. De la misma manera, las parejas debieran ser
sabias al ver la relación como de largo alcance y así poner a los problemas y
las diferencias en la perspectiva de un cuadro mayor.
Por
último, los maratonistas, a excepción de unos pocos que encabezan el torneo,
corren para mejorar sus propios tiempos. Corren para terminar la carrera
y tratan de hacer su esfuerzo. La competencia puede arruinar una
relación. Lo mejor que cada uno puede hacer es procurar dar lo mejor de sí y
esforzarse por lograr que la relación sea lo mejor posible.
La vida de casados es un maratón. No basta con
un gran comienzo para un matrimonio duradero. Se necesita determinación.
Hebreos
10:36
Es necesario que con paciencia cumplan la voluntad de Dios, si es que desean
que Él les dé lo que les tiene prometido.
Fuente: http://www.renuevodeplenitud.com
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