Mi esposa terminó haciendo otra hornada de panqueques con los ingredientes correctos. Los que yo había hecho simplemente no había quien se los comiera. Se veían bien, pero el mal sabor no se les quitaba.
“¡Qué Asco!”
“¡Qué Asco!”
¿Cuál es la reacción de Dios cuando él contempla nuestras vidas? Jesús tuvo mucho que decirles a los fariseos por hacer que sus vidas parecieran hermosas por fuera, mientras que por dentro estaban llenas de toda inmundicia.
¿Cuán a menudo introducimos cosas malas en nuestras vidas? ¿Será que las cosas que decimos y hacemos son convenientes para un hijo de Dios? Pensamos que podemos cambiar los requisitos que Dios ha establecido para nuestras vidas. No le permitimos “voltearnos” y perfeccionar nuestras vidas.
Cuando no dejamos que Dios haga lo que él desea con nuestras vidas, no sólo terminamos siendo repulsivos a los demás, sino que también a Dios. Que Dios nos ayude a seguir las instrucciones que él ha dado para que nos haga aceptables a él.
¡Ay, qué asco!, o ¡Mmmm, qué delicioso! ¿Cuál será?
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3:16
Fuente: http://www.renuevodeplenitud.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario