viernes, 21 de octubre de 2011

Libertad para Tu Vida Secreta (Parte 2 de 2)

Romanos 3:10-18 "No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos".

Eso no parece un panorama de “lo tengo todo resuelto”, ¿verdad? Estamos bajo el poder del pecado y por lo tanto la realidad es un drama disfuncional que podría llamarse La vida secreta de…Todos.


Esto es lo que el apóstol Pablo describe en su carta a los Romanos acerca de su vida secreta:


"Sabemos en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido al pecado. No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero sino lo que aborrezco. Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena; pero en este caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo sino el pecado que habita en mi. Yo sé que en mi, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.
Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. Porque en lo más íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente y me tienen cautivo. ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?
¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado"
Romanos 7:14-18; 21-28


Algunas personas piensan que escribir sus secretos o publicarlos anónimamente les ayudará a aliviar el peso de la culpa, pero esa no es la respuesta.
Otros creen que compartir la cruda realidad de nuestras vidas con nuestros amigos nos liberará de nuestros seres escondidos, pero esa no es la cura.
Pero permíteme decirte un pequeño secreto acerca de los secretos (en una voz baja, el autor susurra…) “Los secretos son solamente poderosos cuando se mantienen secretos. Pero si abres la puerta del miedo que los atrapa en tu alma y los traes a los pies de la cruz de Jesucristo, encontrarás que desaparecerán como pequeñas gotas de lluvia en el océano de la misericordia de Dios y su gracia.”


Jesucristo vivió la vida que nosotros debemos vivir…sin secretos, sin vergüenza escondida, sin mentiras encerradas. Jesucristo murió la muerte que nosotros debimos haber muerto…El pagó el precio, El sacrificó, El declaró “Pagué por completo”
¡Y luego El salió de Su propia tumba para ofrecernos una nueva vida y libertad de nuestras vidas secretas!


Así que si estás luchando hoy con la culpa o el miedo, recuerda que no hay sorpresas o secretos con nuestro Salvador. El ya sabe más de tí de lo que te conoces a ti mismo y El simplemente está esperando que vengas en fe y pidas perdón. En ese momento, El toma nuestros pecados pasados y los entierra en las profundidades del océano y nunca más los recuerda. Tus amigos están atrapados, tú tienes la llave, vive por la causa de Cristo, comparte las buenas nuevas y libéralos.

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