lunes, 14 de mayo de 2012

Creerle a Dios por Lucas Leys

2 Corintios 1:20. Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de
Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios
.
 
Negar que podemos realizar aquello para lo que Dios nos escogió es un pecado de arrogancia. Es creer que sabemos más que Dios.
Muchos quieren servir a Dios pero a la hora de las oportunidades parece que sólo quieren servirle en calidad de consejeros. Su consejo es no, no lo hagas. Muchos estudiosos y conocedores del griego original en el que fue escrito el Nuevo Testamento dicen que el muy conocido texto de Juan 3:16 traducido por nuestras Biblias como: «Todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna», debería ser traducido: «Todo aquel que le crea, no se pierda más tenga vida eterna». Es que no es lo mismo creer en Jesús que creerle a Jesús.
 
Muchos creen que son cristianos porque admiten la existencia de Dios y de Jesucristo. Dice tu Biblia que también los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19). Ellos están en la dimensión espiritual, ¿qué dudas pueden tener de la existencia de Dios? Sin embargo ellos no le creyeron a Dios, creyeron en su propia opinión y se rebelaron.
 
Había un gran trapecista llamado Blondin que hizo colocar una cuerda que cruzaba las cataratas del Niágara. Multitudes se juntaban a verlo cruzar la cuerda de un lado al otro sin ningún tipo de seguridad ni red. Un día, luego de cruzar con una carretilla de ladrillos, preguntó cuantos creían que él podía cruzar con una persona a cuestas. La multitud gritó entusiasmada que sí, que creían en él. Luego Blondin preguntó: ¿Quién de ustedes se ofrece de voluntario? Las manos bajaron y se hizo un silencio.
 
Una cosa es creer que Dios puede hacer cosas grandes y otra es subirse a sus manos para que nos lleve por la cuerda de los sueños.

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