Hay una diferencia muy grande entre los talentos y los dones y a menudo muchos cristianos confunden una cosa con la otra.
Los talentos son heredados de nuestros
padres, son recibidos desde nuestro nacimiento y nos son dadas como habilidades
naturales. Tanto las personas salvas como las qu no, tienen talentos y éstos se van
perfeccionando a medida que pasa el tiempo.
Mateo
25:15-30 nos enseña que todos tenemos talentos y
que debemos saberlos administrar conforme a la gracia de Dios y no guardárnoslo,
sino ponerlo en práctica y multiplicarlo.
No todos tenemos la misma cantidad de talentos pero sí tenemos la
capacidad de agradar y glorificar el nombre de Dios con ellos.No importa si tienes un solo talento, debes
ponerlo en práctica y multiplicarlo.
En cambio, los dones sólo se reciben en el
momento del nuevo nacimiento, cuando aceptas a Jesús como tu Señor y Salvador.
Las únicas personas aptas para recibir tan importante y hermoso regalo, son las
salvas. Como explica 1Corintios 12 los dones del Espíritu Santo son reales, cada uno tiene un valor especial, pero todos tienen
igual importancia y se deben manejar con
mucho cuidado.
Dios
nos da los dones y los talentos para que los usemos y los pongamos a dar frutos.
Porque
al que tiene, le será dado, y tendrá más, y al que no tiene, aun lo que tiene
le será quitado. Mateo 25:29
Procurad,
pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino más excelente. 1Corintios
12:31
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