Hechos 4:29-31.
1. Entienda que Dios ve sus problemas.
“Y ahora, Señor, mira sus amenazas” (vs.29a).
Estos, que habían encontrado dificultades, querían tener la seguridad de que Dios había visto su persecución. Cuando las cosas van bien, no necesitamos la seguridad constante de que Dios está con nosotros. Pero durante la batalla (y usted tendrá batallas), hay una fuerte necesidad de seguridad. Las buenas noticias son que Dios mismo ha dicho: «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13.5).
2. Pida una llenura de confianza y amor, lo cual es más grande que el temor
«Concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra» (v. 29).
Este era un pedido de más cosas positivas para llenar sus corazones y mentes. Se dieron cuenta que una manera efectiva de experimentar menos temor, era tener más valor. No es realista pensar que todas las aprensiones, preguntas e intimidaciones huirán y nunca nos acecharán otra vez. Por lo general todo lo positivo y lo negativo obra en nuestras vidas al mismo tiempo. ¿Cuál es el secreto para vencer? Tener emociones positivas y buscar refuerzos positivos que sean más fuertes que los negativos.
3. Crea que Dios está obrando un milagro en su vida.
«Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús» (v. 30).
Hubo una oración para que Dios intercediera a su favor con milagros. Se dieron cuenta que lo que tenía que ser hecho requeriría sus esfuerzos más los de Dios. Note que primero pidieron fuerza, y luego que Dios hiciera la diferencia. Esto puede suceder en su vida. Ponga los cambios que busca en su actitud, pensamiento y conducta, al comienzo de su lista de oración. Pídale a Dios que le ayude a hacer lo posible para producir un cambio efectivo. Luego, pídale hacer por usted, lo que usted no puede hacer por sí mismo.
4. Sea lleno del Espíritu Santo.
«Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios» (v. 31).
Hay una relación definida entre la llenura del Espíritu Santo y el denuedo. Necesitamos una vida llena del Espíritu Santo. Conozco a muchas personas que usan esta fórmula de cuatro pasos para tratar con el temor en los asuntos diarios de la vida. Esto les guarda y les imparte fuerza. Pongan en práctica esta fórmula cuando el temor estorbe su progreso.
“Y ahora, Señor, mira sus amenazas” (vs.29a).
Estos, que habían encontrado dificultades, querían tener la seguridad de que Dios había visto su persecución. Cuando las cosas van bien, no necesitamos la seguridad constante de que Dios está con nosotros. Pero durante la batalla (y usted tendrá batallas), hay una fuerte necesidad de seguridad. Las buenas noticias son que Dios mismo ha dicho: «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13.5).
2. Pida una llenura de confianza y amor, lo cual es más grande que el temor
«Concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra» (v. 29).
Este era un pedido de más cosas positivas para llenar sus corazones y mentes. Se dieron cuenta que una manera efectiva de experimentar menos temor, era tener más valor. No es realista pensar que todas las aprensiones, preguntas e intimidaciones huirán y nunca nos acecharán otra vez. Por lo general todo lo positivo y lo negativo obra en nuestras vidas al mismo tiempo. ¿Cuál es el secreto para vencer? Tener emociones positivas y buscar refuerzos positivos que sean más fuertes que los negativos.
3. Crea que Dios está obrando un milagro en su vida.
«Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús» (v. 30).
Hubo una oración para que Dios intercediera a su favor con milagros. Se dieron cuenta que lo que tenía que ser hecho requeriría sus esfuerzos más los de Dios. Note que primero pidieron fuerza, y luego que Dios hiciera la diferencia. Esto puede suceder en su vida. Ponga los cambios que busca en su actitud, pensamiento y conducta, al comienzo de su lista de oración. Pídale a Dios que le ayude a hacer lo posible para producir un cambio efectivo. Luego, pídale hacer por usted, lo que usted no puede hacer por sí mismo.
4. Sea lleno del Espíritu Santo.
«Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios» (v. 31).
Hay una relación definida entre la llenura del Espíritu Santo y el denuedo. Necesitamos una vida llena del Espíritu Santo. Conozco a muchas personas que usan esta fórmula de cuatro pasos para tratar con el temor en los asuntos diarios de la vida. Esto les guarda y les imparte fuerza. Pongan en práctica esta fórmula cuando el temor estorbe su progreso.
Usted está preparado para dar un gran paso. No vacile ni tema. No puede cruzar un precipicio dando dos pequeños saltos. El futuro vale el riesgo. Mañana mirará los cambios efectuados atrás, y los llamará mejoras.
Hace años se propuso a un pueblito de Maine como el sitio ideal para construir una gran planta hidroeléctrica. Como se había construido una represa en el río, el pueblo quedaría sumergido. Cuando se anunció el proyecto, se dio a la gente varios meses para arreglar sus asuntos y reubicarse.
Durante el tiempo en que se construía la represa, sucedió algo interesante. Cesaron todas las mejoras. Se suspendió toda pintura. No se repararon edificios, caminos ni aceras. Día a día el pueblo lucía descuidado y sucio. Mucho antes de que las aguas lo cubrieran, el pueblo parecía abandonado aun cuando las personas no se habían ido todavía. Un morador dijo: «Cuando no hay fe en el futuro, no hay poder en el presente». Sobre ese pueblo cayó la desesperanza porque no tenía futuro
Fuente: http://devocionalescristianos.org
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