miércoles, 11 de abril de 2012

La conformidad por Max Lucado

Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores (1 Timoteo 6.6–10).

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús… he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4.6–7, 11–13).

¿Satisfechos? Esto es algo que nunca estamos. No estamos satisfechos.
Tomamos unas vacaciones fabulosas… Nos saciamos de sol, de diversión, de buena comida. Pero aún no estamos camino de regreso cuando ya nos acongoja el término del viaje y comenzamos a planear otro. No estamos satisfechos.

Cuando niños decimos: «Quién fuera un adolescente». Cuando adolescentes decimos: «Quién fuera un adulto». Como un adulto: «Si estuviera casado». Como cónyuge: «Quién tuviera hijos».
No estamos satisfechos.


La conformidad es una virtud difícil. ¿Por qué?
Porque no hay nada en este mundo que pueda satisfacer nuestros anhelos más profundos. Anhelamos ver a Dios. Las hojas de la vida, al ser movidas por el viento, susurran el rumor de que lo veremos, y no quedaremos satisfechos hasta lograrlo.

Fuente: http://devocionaldiario.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario