Filipenses 2:4. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.
A primera vista este consejo bíblico parece estar enfocado sólo en el servicio a otras personas. Pero no es así. Si uno mira a la gente egoísta, se da cuenta que tienen pocos amigos y les cuesta conseguir ayuda cuando enfrentan problemas. En cambio, la persona que ayuda a otros es siempre la más querida y la que con facilidad encuentra colaboración.
Definitivamente la mejor manera de conseguir ayuda para tus problemas es ayudar a otros a solucionar los suyos. Si damos, recibiremos. Si somos personas que siempre piden, demandan, ruegan y sólo se concentran en sus propios intereses, terminaremos cansando a los demás y poco a poco quedaremos a solas.
Por eso, según el consejo bíblico, creo que la mejor autoayuda es crecer de modo que seamos personas que den, inviertan, apoyen, escuchen y hagan todo lo necesario para ayudar a otros.
Es doblemente excelente cuando sentimos que verdaderamente somos de ayuda a otras personas porque no sólo es bueno para ellas sino que como un boomerang la ayuda vuelve a nosotros.
Punto de reflexión: ¿Soy una persona que vela sólo por sus propios intereses o me preocupo en ayudar a los demás?
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