Entonces dijo:
—Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Mateo 18:3 (NVI)
Cuando mi hijo mayor empezó a jugar béisbol, era todavía relativamente joven y no estaba acostumbrado a vivir una vida en torno a los relojes y calendarios. Por lo tanto, no era raro que preguntara, "¿Es hoy mi juego?" "¿Cuántos días faltan para el sábado?"
Jesús dice que esta naturaleza infantil es necesaria para entrar en el reino de los cielos. Mi hijo no estaba cuestionando algo iba a suceder, era un hecho que iba a suceder. En cambio, dependía de mi esposa o de mi para que le saber cuándo sucedería.
Oswald Chambers, en el libro “My Utmost for His Highest”, escribe "La naturaleza de la vida espiritual es que estamos seguros en la incertidumbre". Lo describe como "", donde "no estamos seguros de el siguiente paso, pero estamos seguros de Dios." Quiero añadir que podemos estar seguros de la Gracia de Dios mientras sintamos Incertidumbre de los detalles futuros de nuestras vidas.
Con la, podemos confiar en nuestras expectativas, sabiendo que nuestra esperanza en el Señor no nos defraudará (Romanos 5:5). Con la Incertidumbre en la Gracia, podemos liberar las cosas que de las cuales no tenemos ninguna responsabilidad, sin embargo, preocuparnos de todos modos.
Mi hijo puede estar seguro de que lo voy a recoger luego del juego de pelota, pero no necesita preocuparse por la gasolina necesaria, como llegar allí, o incluso conducir. Él sólo puede disfrutar de ser un niño y simplemente vivir en cada momento, confiando en que tengo control de los detalles y que yo le dejare saber cuándo sea la hora de irse.
Si sólo todos tuviéramos esa fe, no necesitáramos que Dios arregle a nuestros relojes y calendarios. Nuestro objetivo en Jesús es crecer cada día confiados en que nuestro Padre celestial vendrá en el momento justo y en la manera correcta.
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